viernes, 21 de noviembre de 2008

El cardado de mi descontento

El cardado de mi descontento
Me avisa de que has venido.
El cardado de mi descontento
Se eriza con tu presencia.
El cardado de mi descontento
Levita sobre mi cabeza
Cuando presiente que tú
Ya estás aquí,
Perturbando la paz, revolviendo con tus
Dedos la fuente de anacardos.
¿Crees que no me doy cuenta?
¿Crees que la sal en tus dedos no es percibida por
el cardado de mi descontento?
No vuelvas.

2 comentarios:

Marcelo Aguafuerte dijo...

Aquí ya no le dedico más que una clara y merecida ovación

María dijo...

Gracias, querido Marcelo. Es usted un adulador, con motivos, por supuesto. Esta es una de mis obras más aclamadas, que no por ello de las más populares.
Un cordial saludo,
MON.