viernes, 26 de septiembre de 2008

Una extraña sensación

Tengo en los últimos días
la más extraña sensación.
Viene y va, como el tranvía
la más extraña sensación.
Creciente por momentos,
a veces parece que me vaya a estallar la cabeza, cuando se centra en un punto en concreto,
la más extraña sensación.
Que se me van a caer los
ojos de la cabeza,
van a rebotar en el suelo
(dos o tres veces solo)
y volverán a sus cuencas.

jueves, 25 de septiembre de 2008

(Se) Ha sentado el almirante

Introducción

Perdona que no te apañe
otra visita a mejor hora.
Disculpa que sean las prisas siempre las que nos han de mandar,
las que nos guían en la vida.
Mucha disculpa pero no es mi culpa.
Te pido perdón por cortesía
pero las dos sabemos que son más las malas costumbres
que yo misma,
las responsables de aquesta insensatez,
de esta mala maladía.

El poema

El bestiario se amplía con tu presencia.
Son los hábitos, son los hábitos,
se empeña la directora en defender
que son los hábitos
los que nos han traído hasta aquí.
Pero no es así.
Son los recuerdos
viscerados y completos,
intranquilos e indecentes
los que nos han conformado
y traído hasta aquí.
Semanalmente te digo
que reportes tus andanzas.
Semanalmente, repito,
que prepares las pitanzas.
No es tan difícil organizarse.
Será lo mismo hacer las cosas
bien
que
mal.
Y lo mismo cuesta.
Pero no da lo mismo.
Pura la vida,
pétrea la viga.
Pura la esencia
de Cadiz a Almería.
Serenata de almacén, posdata de cantimpalo,
no es discurso el ser humano,
es la cena la que dan.
Recula, que no hace
falta que te subas
más arriba,
que te subas más la falda,
que te olvides de la prima
del almirante sentado,
que con su abrigo de pana,
remangado hasta la axila,
recita muy preocupado,
recita y requerecita:
"Vive Dios, ahí viene,
enjuto, pequeño, escueto, zafado,
el que tiene que venir".
¡¡Barbecho!!

Conclusión

Que no se levante, señora,
que se quede ahí sentada.
Que aquí mi amigo y un menda
se preparan la merienda
en menos que canta un gallo.

No se levante, señora,
le digo que así es mejor,
ya usted prefiere, le digo,
que no me levante yo.

Le temp de cerises

Llegó el tiempo de la cereza,
del corazón en vinagre,
encurtidos, tartaletas.
Llegó el tiempo de la gárgola
de agua de luz
ventilada.
Claus revende los mochuelos
a quien los quiera comprar,
Claus revende los orzuelos
a quien los quiera explotar.
Siguen cantando los niños
canciones tan populares,
tan antiguas, tan reales.
Llegó el tiempo de las marquesinas,
de los pozos de cristal,
del acero de enfermedad mental,
como la esquizofrenia o el trastorno bipolar.
Aquí, en Madrid, en verbenas
de verdad,
llegó el tiempo de la cereza.

martes, 23 de septiembre de 2008

Dios ama al dador alegre

De la Su abundancia
deduce entero
carmines y azufres fuera del tiesto.
Porque si primero hay la voluntad pronta,
será aceptada por lo que tiene, no por lo que no tiene.
Rezumas calidad. La Tú Calidad, sí.
Perbestro cantinero,
peligra al tacto,
candil de calostros,
que podemos mugir ante la dicha.
Dios ama al dador alegre.
Ama al dador alegre.
Alegre.
Prestíbulo de las medianas
y de los pasos de cebra leoninos,
presiente el castigo la noche serena,
presiente cálida y calentorra
las mandangas que se desaprovechan
por los gritos mendrugos y
sofocados.
Dios ama al dador alegre
y castiga a la ardilla dentuda.

Poesía y España

Poesía y España
y España en la poesía,
siempre.
Siempre mística,
siempre eterna.
Poesía en la España
que me vio
nacer y que ya no me verá partir.
España en la poesía
que la adoró y la adornó.
Eterna España poética,
Mística poesía española.
Prendada.
Prelada.
Predada.
Dapredada.
Prunella Scales.

Descúbrase la seca

Descúbrase la seca,
me dices.
¿Qué dices?
Cómo te atreves
(pigeonsjustlikethat).
Descúbrase la seca
y horadas aun otro poco
en la tierra
seca,
justlikethat.
No hay dios que te entienda,
Moncho,
que te cubres de gloria
cada vez que abres
la boquita de piñón.
Descúbrase la seca.
Y entonces, sólo por la amistad
que nos une, no por
convicción propia ni ajena,
salgo yo al tendido.
Seca, como la mojama.
Seca como el aguacero.