viernes, 26 de septiembre de 2008

Una extraña sensación

Tengo en los últimos días
la más extraña sensación.
Viene y va, como el tranvía
la más extraña sensación.
Creciente por momentos,
a veces parece que me vaya a estallar la cabeza, cuando se centra en un punto en concreto,
la más extraña sensación.
Que se me van a caer los
ojos de la cabeza,
van a rebotar en el suelo
(dos o tres veces solo)
y volverán a sus cuencas.

5 comentarios:

Néstor Morris dijo...

Una sensación que muchas veces nos acompaña...
Felicitaciones por tu pluma.

Viviana Álvarez dijo...

Esa sensación que nos abruma y abraza demasiado seguido a veces.
María, celebro tu decir y agradezco tu visita a mis letras.
Besos

María dijo...

Limones y otros cítricos caen a veces de mi cesta. Hasta alguna almendra ha saltado al vacío.
Gracias por vuestros comentarios, jóvenes. Y saludos (tan afectuosos como me son posibles).

Anónimo dijo...

Me ha encantado, me resulta de lo más divertido imaginarme esos ojos botando jeje muchas gracias por pasarte por mi blog.
Y lo de la nada, es de esas veces en que no se siente nada, ni se sabe nada, ni se está en un lugar... se deja de sentir uno mismo y de saber quién se es. No duele, sólo impera la profunda incertidumbre de encontrarse a uno mismo.

Cosas que pasan jeje

Sigue así
Un fuerte saludo!

María dijo...

"Y hay una cosa que has olvidado sobre tus preciosas rosas, Ralph, tienen unas espinas penetrantes y asquerosas".
El pájaro espino lo dijo antes que nadie.