Se me acusará
de que a toro
pasado,
macho seguro,
pero tengo que decir
que, al final de la corrida,
el amor
es como meter la
mano en el cuenco de las
pipas y que
sólo queden cáscaras que ha
tirado otro.
sábado, 1 de diciembre de 2007
jueves, 29 de noviembre de 2007
Pereces
Se cristalizaron los momentos
de suspiro
y sus caleidoscópicos instintos
pirómanos
fastidiaron la tarde a más de uno.
Acércate más a la llama,
comulga de una vez con quien te da
de comer,
que no se diga que,
en estos tiempos,
en los que dudar es negar,
dudas,
porque estarás negando,
en estos tiempos en los que negar es morder,
estarás negando, entonces,
la mano que te da de comer.
de suspiro
y sus caleidoscópicos instintos
pirómanos
fastidiaron la tarde a más de uno.
Acércate más a la llama,
comulga de una vez con quien te da
de comer,
que no se diga que,
en estos tiempos,
en los que dudar es negar,
dudas,
porque estarás negando,
en estos tiempos en los que negar es morder,
estarás negando, entonces,
la mano que te da de comer.
Lapislázuli
Tan duro como el acero.
Clamores a la mar,
que el hierro ha cortado
la digestión de la ballena
adocenada de doctrina
charlatana.
Tan duro como el acero.
Su aliento alienta.
Su cruz crucifica.
Pensarán que son los tiempos
y pensarán que no ha lugar.
Ni los tiempos ni los lugares,
tan duro como el acero.
Calienta la tea
frotando con vigor
y estupor calimbo.
Soterrada la mañana,
amarga un dulce de tan
ácido y dulce,
el dulce.
Calixto se muere al fin
y pergeña su función
ad hoc.
Ad hoc.
Equipo de montaña
tuviste.
¿No fue suficiente que aún opinas,
te atreves a opinar y a llevar la contraria?
No cometas el error de tus ancestros.
Calcula la hierbabuena y pregona
sus cantos.
Que más duro que el acero,
tan duro como el acero,
el lapislázuli.
Clamores a la mar,
que el hierro ha cortado
la digestión de la ballena
adocenada de doctrina
charlatana.
Tan duro como el acero.
Su aliento alienta.
Su cruz crucifica.
Pensarán que son los tiempos
y pensarán que no ha lugar.
Ni los tiempos ni los lugares,
tan duro como el acero.
Calienta la tea
frotando con vigor
y estupor calimbo.
Soterrada la mañana,
amarga un dulce de tan
ácido y dulce,
el dulce.
Calixto se muere al fin
y pergeña su función
ad hoc.
Ad hoc.
Equipo de montaña
tuviste.
¿No fue suficiente que aún opinas,
te atreves a opinar y a llevar la contraria?
No cometas el error de tus ancestros.
Calcula la hierbabuena y pregona
sus cantos.
Que más duro que el acero,
tan duro como el acero,
el lapislázuli.
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relumbre,
sinceridad,
tristeza
miércoles, 28 de noviembre de 2007
Billete, señora
Me subo a este tren, que ya
lo conozco de otras veces
que he tenido que cruzar la península.
No es que yo esté diciendo que siempre
suba a este tren.
Pero esta vez me subo a este tren.
El filibustero que se hace
pasar por revisor,
se hace pasar por galán
y al tomar el billete que con mi
mano le cedo,
mi mano apenas roza con el aliento
de sus labios,
para hacer como que besa
mi mano.
Al retirar la cabeza,
al volverla a subir,
sus ojos pícaros se hacen
pasar por conquistador
siendo que en verdad
mueren de miedo.
lo conozco de otras veces
que he tenido que cruzar la península.
No es que yo esté diciendo que siempre
suba a este tren.
Pero esta vez me subo a este tren.
El filibustero que se hace
pasar por revisor,
se hace pasar por galán
y al tomar el billete que con mi
mano le cedo,
mi mano apenas roza con el aliento
de sus labios,
para hacer como que besa
mi mano.
Al retirar la cabeza,
al volverla a subir,
sus ojos pícaros se hacen
pasar por conquistador
siendo que en verdad
mueren de miedo.
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