viernes, 9 de marzo de 2007

De calabaza

De calabaza
me he comido dos buñuelos.
Me he quedado hipnotizada
con el girar del aceite hirviendo,
espoleado por la espumadera
del churrero.
De calabaza
me he comido dos
buñuelos.
En una de estas,
el churrero, en un descuido,
ha errado en la
inercia y ha acabado
con su hemisferio izquierdo
abrasado.
Abrasado.
De calabaza me
he comido
dos
buñuelos.
Pobre churrero...
aunque, no tanto,
pues es churrero, pero
no de aquí,
de otras tierras,
es churrero.
De calabaza me he comido
dos
buñuelos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso, me quedo con la boca abierta ¿Lograré cerrarla?
Al pobre churrero debieron quedarle cicatrices de por vida

Anónimo dijo...

Raúl, te has superado: has traído a mi mente la Plaza de España de Valencia en fallas, con todo su olor a fritanga y a mierda que sólo les valencianes son capaces de esconder debajo de millones de decibelios de estupidez...

María dijo...

No sé quién es usted, señor toni, ni a quién se dirige y además, no ha entendido usted nada. Éste es un canto a la maravilla que son las Fallas, señor mío. No le consiento esas palabras insultantes. Retráctese. Indignadamente suyo,
DPN.